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     En Naturopatía recalcamos con mucho énfasis la importancia de una buena alimentación. Y es que mediante los alimentos se pueden transformar la salud, la mente e incluso las emociones. Precisamente , el tema de la alimentación es uno de los indices que se tienen en cuenta a la hora de determinar que Coeficiente de Vitalidad tenemos y normalmente suele ser uno de los indices que más debemos de mejorar. Tampoco es cuestión de obsesionarse, simplemente es un tema de aprender, de querer mejorar nuestra salud, de entender a nuestro cuerpo y de conocerlo más.

    Son muchas las cosas que hacemos mal a hora de comer, algunas son por desconocimiento, otras son por costumbres, otras por dejadez…

    Se puede ir cambiando poco a poco,  con pequeños gestos para ayudar a tener unas digestiones más saludables. Hoy os dejo con algunas de estas cosas que hacemos mal a la hora de comer.

    Comer con la televisión encendida, mirando móviles, sacando temas de discusiones en la mesa: A la hora de comer es importante que intentemos estar en un ambiente lo más calmado y tranquilo posible. Si estamos en una situación de “alerta” nuestro cuerpo también lo estará, activará su sistema simpático y dejará el proceso digestivo para más adelante “cuando pase ese peligro”. Comer viendo el telediario, o imágenes en la televisión que son agresivas, o temas políticos que nos acaloran… no es el estado correcto para comer. Hay que comer sintiéndose feliz.

    Cenar muy tarde: En España los horarios que llevamos son muy tardíos con respecto a todo, pero nuestro organismo no sabe si estamos en España o en otro país. A partir de las ocho de la tarde nuestro cuerpo comienza a tener menos energía , se empieza a relajar y a preparar para la noche. Al decaer la energía del estómago , la cena que nos tomamos  a altas horas de la noche  suele quedarse sin haber realizado la digestión y cuando nos levantamos al día siguiente todavía estamos digiriendo lo de la noche anterior.  Por ello , lo ideal sería cenar antes de las nueve de la noche, pero en caso de que no pueda ser, por lo menos intentar cenar al menos dos horas antes de irse a la cama.

    No desayunar: Una de las consecuencias del punto anterior, cenar tarde, es que por la mañana nos levantamos sin hambre. Como aún estamos con la digestión de la cena , nos levantamos sin casi apetito, con lo cual no desayunamos y esperamos para almorzar. Comenzar el día después del ayuno de la noche y no provisionar al cuerpo de nuevas energías hace que esta se vaya desgastando a lo largo de la mañana y a media mañana nos den esos ” bajones” en el trabajo, y por mucho que comamos en ese momento, ese desgaste de energía ya se lo hemos dado a nuestro cuerpo. El desayuno es importarte, tiene que ser nutritivo, ligero y sobe todo que nos aporte los líquidos que hemos estado perdiendo durante la noche.

    Comer fruta en el postre: Esta es la práctica errónea y más común en todos nosotros. Después de comer , toca el postre y ¿ qué mejor postre saludable que una pieza de fruta? Por supuesto que no hay que dejar de comer fruta y que esto es beneficioso, pero lo que hacemos mal es comerla después de la comida. El mejor momento del día para tomar la fruta es en el desayuno, con el estómago vacío, o sino como merienda o entrante en las comidas. La gran cantidad de agua y azúcares simples que contienen las frutas hacen que estás se digieran muy rápidamente, pero si las tomamos en el postre después de una comida copiosa en hidratos complejos o proteínas , la fruta tendrá que esperar en el estómago a que se digieran primero ellos, y en esa espera se puede llegar a producir la fermentación de la fruta. Esta fermentación producirá que no se asimilen correctamente todos los nutrientes de la fruta y que además suba la temperatura de intestino y puedan aparecer problemas digestivos como por ejemplo estreñimiento.

    Comer hasta llenarnos por completo: Esto nos viene de nuestras madres y sus ” no dejes nada en el plato” y tenemos por costumbre el sentarnos a comer y no levantarnos de la mesa hasta que no nos cabe ni un grano más. Si llenamos por completo nuestro estómago necesitaremos gastar una gran parte de nuestra energía para realizar la digestión, nuestro estómago tendrá que hacer un esfuerzo mayor para digerir todos los nutrientes. Para no saturar al estómago lo ideal sería llenarlo unas 3/4 partes de él.

    Beber agua durante las comidas: Al beber agua durante las comidas estamos provocando que nuestros jugos gástricos del estómago se diluyan en ella con lo que nuestro estómago tendrá menos fuerza para poder digerir los alimentos. Es preferible tomar el agua entre comidas, si tenemos mucha sed se puede tomar un vaso en la comida , pero evitar siempre que esta sea agua fría, el estómago necesita de cierta temperatura para poder realizar su trabajo. Lo ideal es no tomar el agua en la comida y al finalizarla tomarnos una infusión o tisana digestiva que esté caliente ya que eso ayudará al proceso digestivo.

    Hay que darle a la digestión la importancia que tiene para la salud de nuestro cuerpo. Y esa importancia es mucha. Los alimentos son el combustible que le damos a nuestro cuerpo, lo que después se transformará en nuestra energía, con lo que se podrán realizar todos los procesos fisiológicos , reparar los tejidos, alimentar a las células… La energía que gastemos para tener que hacer una digestión es energía que nuestro cuerpo no podrá utilizar para hacer otros procesos.

    Y yo me quedo con la frase que alguien dijo por ahí… ” No hay enfermo con una buena digestión, ni persona sana con una mala digestión” ( Louis Kuhne )

    Cosas que hacemos mal a la hora de comer