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     Cada día me encuentro con más frecuencia personas que tienen una  gran cantidad de carga emocional dentro de ellas. Son personas a las que la vida les ha enfrentado a algún desafío en forma de ruptura sentimental, problema económico, pérdida de algún ser querido, enfermedad… y en la mayoría de los casos existen en ellas emociones estancadas que no se han permitido expresar por miedo a dejarse perder por esa emoción  y creer que van a entrar en un estado de permanencia en ella. Quizás las expresaron, pero no lo suficiente, o quizás no lo hicieron  las suficientes veces ,pero la mayoría de las veces ni siquiera se permitieron llegar a sentirlas y permitir que su cuerpo las expresara.

    Cuando no expresamos una  emoción lo que ocurre es que  nos quedamos  atascados en ella, esa emoción nos inunda, nos paraliza, se acumula en nuestro interior a grandes  dosis esperando salir al exterior de forma repetitiva cuando menos lo esperamos en cuanto encuentra  su oportunidad.

    Ira, tristeza, culpa, rabia, miedo… La única forma de que una herida se cure es dejar que duela, no hay tiritas que valgan, tiene que doler, así es la única forma en la que podremos soltarla. Vivimos en un mundo de no expresar esas emociones que creemos que son malas, en un mundo del “antisufrimiento” , en el que enfadarse o sentirte triste puede llegar a estar mal visto, en el que muchas veces nos obligamos a salir de casa para encontrarnos bien lo antes posible, en el que nos reprimimos los enfados o no expresamos las cosas que nos molestan por miedo a herir a los demás.  No existen emociones  ni buenas ni malas, todas las emociones son necesarias y hay que experimentarlas  con la intensidad que la situación requiera. Todas las emociones son buenas,somos nosotros quiénes las convertimos en malas.

    Reki es una herrramienta para poder conectar de una forma muy profunda con esas emociones atascadas que tenemos en nuestro interior y conseguir liberarnos de ellas de una forma armoniosa y sin retraumatizar a la persona.

    No es necesario  revivir la situación o experiencia, ni tampoco  analizarla de manera exhaustiva para que la mente se siga alimentando  de ella, simplemente nos centraremos en la emoción y  sentiremos en qué parte de nuestro cuerpo se manifiesta, prestaremos atención a  qué cambios surgen en nuestro cuerpo cuando la experimentamos para  así poder  tomar conciencia de cómo esa emoción se está expresando en nuestro cuerpo, cómo la estamos somatizando y conectar con ella para así conseguir liberarla.

    Las emociones que no se resuelven producen en nosotros un anclaje en el que  cada vez que aparece algo en nuestra vida que nos recuerda al suceso que nos ocurrió, nos conectamos de nuevo con ese sentimiento que no dejamos salir en aquel momento,solo que cada vez el enlace es más fuerte con lo cual la respuesta es mayor.

    Es un entrenamiento que haces a tu mente y la mente aprende muy rápido.

    Por eso continuamos sufriendo por las mismas situaciones una y otra vez y por ello seguimos comportándonos de la misma manera cada vez que aparece un conflicto similar. Si una vez fuiste atropellado cuando cruzabas por un paso de peatones, cada vez que pases por un paso de cebra tu cuerpo experimentará  esa sensación de miedo, hay que liberar ese miedo para que nuestra mente comience poco a poco modificar ese patrón.

    Hoy en día ya existen estudios científicos que  nos indican de  cómo con la práctica de la meditación podemos conseguir  cambiar la materia gris de nuestro  cerebro, se  ha podido comprobar la eficacia que tiene  al transformar áreas del cerebro que están relacionadas con la ansiedad, el estrés, la compasión, la memoria o la empatía.

    Reki no es más que eso, una meditación profunda y pasiva en la que a través del terapeuta, la persona consigue conectar consigo misma, con  esa parte en la que tiene un conflicto, pero con una diferencia y es que  en ese estado de meditación, la mente se encuentra con una mayor armonía, con una mayor lucidez la cual nos va a permitir  llegar a conclusiones que quizás no hayamos sigo capaces de  llegar con anterioridad, y es así como podemos llegar a liberar y cambiar poco esos patrones de comportamiento, esos conflictos o situaciones que se han quedado atascadas dentro de nosotros. El terapeuta es esa persona que te acompaña en ese proceso, escucha a tu cuerpo, siente a qué lugares se tiene que dirigir, no te dice lo que tienes que hacer, ni te da consejos, tampoco te enfrenta, ni te empuja, solo te observa y te acompaña para que seas tú quien hagas el trabajo y saques tus propias conclusiones.

    Si vives en Granada y quieres recibir una sesión de Reiki , basada en la Meditación, sin esoterismos ni religiones,y así poder descubrir los beneficios de esta técnica ,  puedes ponerte en contacto conmigo aquí.

    Precio sesión: 25 euros

     

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